¡Hola! ¿llegaste aquí por casualidad o buscando otra cosa? Eso es una serendipia. Espero que te enamores y que nos sigamos encontrando. Hoy quiero hablar de la importancia de la familia y de cómo la veo a través de mis ojos.

Cuando pienso en la palabra familia para mi surge una idea de refugio donde acurrucarse en medio del estruendo del mundo, un espacio único de libertad y amor compartido, de reunión y charlas, de amistad, de abrazos, un espacio íntimo donde los lazos invisibles se tejen con hilos de amor, comprensión y memoria compartida. En este lugar, es donde nos encontramos, es un territorio en el que la identidad se moldea y las raíces se hunden profundamente en un sentimiento de pertenencia.

En mis post sobre disciplina positiva, www.crianzaydisciplinapositiva.es podéis rescatar consejos para padres, y os hablo de la importancia de esta estructura y de cómo la aplicación de la disciplina positiva beneficia al desarrollo integral de los niño/as. Desde la infancia, la familia es el primer ámbito con el que descubrimos el mundo. En los abrazos de mamá o en la mirada protectora de papá, encontramos el aliento en la tempestad. La confianza y la seguridad, la unión entre hermanos, travesuras y peleas de las que aprendemos las primeras lecciones de camaradería y rivalidad. ¡Y qué decir de los abuelos!, ellos son la sabiduría del pasado, el amor incondicional. 

La familia debe ser el instrumento mejor afinado para un niño/a. Esta debe permitir que el niño/a consiga, a través de ella, pertenencia y estabilidad emocional. Es decir, la familia, debe no solo proporcionar un techo físico, sino también debe ser un hogar emocional.  Este círculo nos enseña valores y creencias que son brújula que guía nuestras decisiones y acciones a lo largo de la vida.

Para mí, la presencia de la familia, su apoyo incondicional, nos da el coraje para enfrentar los desafíos y la certeza de que, pase lo que pase, siempre habrá un lugar al que podamos regresar. En momentos de alegría, debe convertirse en un hogar, lleno de risas y felicidad, y, por el contrario, en momentos de tristeza, será la manta cálida que nos envuelve, brindándonos consuelo y fortaleza.

Cada familia está repleta de historias, de relatos transmitidos de generación a generación, que alimenta la identidad individual. Cada recuerdo, cada anécdota, es una pieza del puzle de nuestra historia personal. Cuando esta estructura falla, perdemos el norte, ya que una familia fuerte y unida contribuye a la formación de la identidad individual, pero también contribuye a crear comunidades más solidarias y cohesionadas, capaces de afrontar juntos los retos colectivos e individuales de cada miembro. Se puede decir que la importancia de la familia la encontramos en su trascendencia de lo individual a lo social. Es en el seno familiar donde se cultivan los ciudadanos del futuro, donde se siembran las semillas de la empatía, la responsabilidad y el respeto mutuo.  

La evolución del concepto de familia es necesario, se adapta a las circunstancias y se transforma con cada nuevo miembro que llega. Actualmente, la familia puede adoptar diversas formas, más allá del modelo tradicional, pero sigue siendo el núcleo de afecto y apoyo que nos sostiene. Esta nos recuerda la importancia de la presencia, del tiempo compartido, de los pequeños gestos cotidianos que construyen puentes de afecto. En su seno, debemos encontrar un espacio para ser más nosotros mismos, más auténticos, para mostrarnos tal como somos, con nuestras virtudes y defectos, sin temor al juicio. Además, debemos tener en cuenta que la familia también debe ser libertad para poder elegir, ya que esta nos transmite sus valores y cada miembro como ser individual acoge aquellos que está dentro de sus principios, la familia influye, pero no encadena, cada ser de forma individual puede cambiar aquellos patrones que han quedado antiguos para el tiempo en el que se vive.

Para mí, la familia, ya sea mamá o papá, pareja e hijos/as, hermanos/as o la familia que es elegida como los amigos/as, son un recordatorio constante de que no estamos solos en este viaje. Es un ancla que nos mantiene firmes en medio de las tormentas y el faro que ilumina nuestro camino en la oscuridad. En definitiva, nos enseña que el verdadero sentido de la vida se encuentra en el amor compartido y en la red de relaciones que construimos a lo largo de nuestra existencia.

PD: Os dejo por aquí un libro sobre meditación creativa. Este libro es para ir descubriéndolo poco a poco, se trata de un libro sobre Zentangle, una técnica de meditación a través del dibujo que consiste en la creación de patrones estructurados y repetitivos de forma relajada y libre. Fue desarrollado por María Thomas y Rick Roberts en 2003. El Zentangle se caracteriza por ser una técnica accesible y fácil de aprender, sin la necesidad de habilidades previas en el dibujo.

Gracias por leerme y

¡Que tengáis buena semana!

Lola Maestra