Serendipia
Lo más cercano a la felicidad es un refugio.
Un refugio interior.
Una burbuja más fuerte que la de una pompa de jabón.
Me refugio en la soledad o rodeada de gente
como el asilo de la edad madura.
En la risa de mi hermana,
como la acogida entre algodones.
En el amor,
como la protección del superhéroe.
En la música de Alejandro Sanz, Queen y Paco de Lucía,
como la saliva que cura la herida.
En el yoga, como la fortaleza que enraíza mis pies.
En los poemarios de Patricia Benito, Sara búho o Elvira sastre, como el alimento para el alma.
En el mar, como la sal para la cicatriz.
En millones de libros , como el aliento para el enfermo.
En mis estudios, como mi futuro.
En mis escritos, como mi pasión.
En mi trabajo, como mi razón.
No huyo, solo me refugio.
Son los lugares más cercanos a mí misma.
Que me ayudan a mejorar,
y me hacen ser feliz.
Serendipia.
La serendipia, es encontrar lo inesperado mientras se busca otra cosa. Recuerdo, hace algunos años ya, cuando escribí mi primer poema y posterior cuento, la ogra maestra (que, a partir de ahora, y lo veréis próximamente, se llamará Ari, la ogra maestra) … ¿Cómo llegué a la poesía o cómo llegó la poesía a mí? Todavía no lo sé, si es verdad que fue en un momento de gran tristeza por una pérdida, fue ahí cuando comencé a escribir y sentí la necesidad de relatar mi experiencia con la dislexia. Yo no buscaba la poesía, sin embargo, ella me encontró o yo la encontré a ella como refugio. Y ahí está lo bello de la inesperado, que nos recuerda la magia de lo impredecible y la belleza de lo fortuito, serendipia…
Un ejemplo clásico de serendipia es el descubrimiento de la penicilina por Alexander Fleming. Mientras investigaba una bacteria, Fleming notó que un moho, que accidentalmente había contaminado una de sus placas de Petri, mataba a las bacterias circundantes. Este descubrimiento no solo revolucionó la medicina, salvando innumerables vidas, sino que también subrayó cómo la serendipia puede cambiar el curso de la historia.
Más allá de la ciencia, la serendipia juega un papel crucial en nuestras vidas cotidianas. Podemos hallar la serendipia también en las relaciones personales, por ejemplo, cuando conocimos a una persona que se convirtió en un amigo cercano o en un compañero de vida. Esto nos recuerda que algunas de las cosas más valiosas de la vida no pueden ser planeadas y que los sucesos más inesperados se dan en los momentos menos planeados.
Cuando comencé este blog y el substacks hace unas semanas, le puse el nombre de “Cartas el corazón” y no fue hasta esta semana cuando encontré un nombre más apropiado para expresar mi relación con la escritura y mi acercamiento a la poesía, “SERENDIPIA”. Es por esta razón que, a partir de ahora, estas cartas al corazón serán serendipias, «descubrimientos afortunados» para el que las encuentre, escritos desde el corazón que si quieres pueden tener el poder de transformar nuestras vidas de maneras inesperadas ya que pretenden ofrecer perspectivas nuevas y enriquecedoras en la diversidad de temas que se vayan tratando en ellas.
En esencia, la serendipia tiene una naturaleza impredecible. No se puede buscar intencionalmente; es, por definición, el hallazgo fortuito de algo valioso mientras se busca otra cosa. Yo buscaba sanarme y será quizá la necesidad de expresar el dolor lo que me llevó a comenzar a escribir, a leer poesía como la de la Patricia Benito, Sara Búho o Elvira Sastre, pero también a Idea Valariño, Antonio Machado y Gloria Fuertes, entre otros.
La serendipia también nos enseña la importancia de mantener una mente abierta y receptiva. Actualmente, andamos dependientes de las redes sociales, con todo lo que hacemos bajo control, agendado y perfectamente planificado y sin embargo, la incertidumbre no es siempre algo negativo y permanecer abiertos a lo inesperado a menudo nos hace descubrir que el universo tiene una manera de guiarnos hacia experiencias y aprendizajes significativos. Esta apertura nos permite aprovechar al máximo las oportunidades que se nos presentan de manera inesperada.
¿Por qué este blog se va a llamar serendipia? Porque la serendipia tiene un componente profundamente filosófico. Nos invita a reflexionar sobre el papel del azar y el destino en nuestras vidas, y eso es algo que me encanta. ¿Hasta qué punto controlamos nuestro destino y cuánto está predeterminado por fuerzas más allá de nuestra comprensión? Supongo que lo habréis pensado alguna vez, qué pudo llevarte a algo que necesitabas ¿El destino, el libre albedrío? La serendipia sugiere que hay una danza constante entre el libre albedrío y el destino, y que, en esa danza, lo inesperado juega un papel crucial. Nos recuerda que la vida no es una línea recta, sino un camino lleno de curvas y sorpresas, y que en esas curvas se encuentran algunas de nuestras experiencias más significativas y transformadoras. La serendipia está ahí, esperándonos fuera de nuestra zona de confort y explorando territorios desconocidos. La creatividad y la inspiración a menudo llega en lugares y momentos inesperados, y reconocer y aprovechar lo fortuito enriquece nuestras vidas de maneras profundas e inesperadas. Nos enseña la belleza de lo impredecible, la importancia de mantener una mente abierta y la sabiduría de abrazar lo inesperado. En un mundo que valora la certeza y el control, la serendipia nos recuerda que algunas de las experiencias más valiosas y significativas surgen de lo que está fuera de nuestro control. De esta forma, nos abrimos a un mundo de posibilidades infinitas y descubrimos que, a veces, lo que no buscamos resulta ser lo que más necesitamos.
PD: Hoy os dejo un libro que me estoy leyendo a sorbitos pequeños y que me está encantando porque me está ayudando mucho. «Autoamor», de Laura Chica.
Sobre música os dejo una playlist de spotify de Alejandro Sanz mi cantante favorito, que espero que os guste.
Aquí abajo os la dejo, que la disfrutéis.
Besos y gracias por leerme.
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