¡Hola! ¿llegaste aquí por casualidad o buscando otra cosa? Eso es una serendipia. Espero que te enamores y que nos sigamos encontrando.
Imagina que eres una flor que rompe el asfalto, la madera, la tierra. Las flores nos hacen pensar en lo fugaz y delicada que es la vida. La importancia de disfrutarla y vivirla. No temas vivir, florece y rompe el asfalto. Florece y crece, hay que pasar por todas las estaciones…
He muerto.
Mi boca quiere hablar por mis codos huesudos.
Pero he muerto.
Mis huesos están enterrados en la orilla del mar de levante.
No encuentro mi cuerpo completo.
Aquí y allá el corazón.
Aquí y allá el pensamiento.
Porque he muerto.
Me ha golpeado tan fuerte la ola,
que el cuerpo se ha dejado mecer,
descompuesto.
No he llegado a la orilla.
Eso pienso.
Pero poco a poco,
mis pies fríos se van despertando del hielo del mar.
Y siento mis manos que se calientan con la arena.
Estás buscan los cara, los ojos y la sed.
Y busca un cuerpo hundido y hendido, sin forma alguna.
Mi cuerpo se recompone y reconoce los huesos y la piel quemada por el sol.
Reúne todas mis partes y no encuentra el corazón
¿Dónde está el corazón?
En dos. Flotando en el mar.
Y no encuentro las fuerzas de volver a por él.
Temo otro golpe voraz, de otra ola animal.
Y miro al interior del océano
Y veo ya mi cuerpo incompleto de corazón,
roto.
Y espero que una ola nueva lo traiga de vuelta a mis pies.
Mientras me doy cuenta de que estoy en la orilla y la tormenta no ha podido conmigo.
De pie.
Reconozco y recojo los trozos rojos.
He vuelto.
¡Feliz domingo!
Lola Maestra
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