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Serendipia 3 · ¿La frustración como motor de cambio?

¿La frustración como un motor de cambio? La frustración es una emoción que, aunque generalmente es considerada negativa, puede ser una fuente de crecimiento y autodescubrimiento. Podemos considerar la frustración como un obstáculo, pero si sabemos darle su espacio se convierte en un medio para llegar a la introspección, la creatividad y la resiliencia. A través de mis experiencias personales con la dislexia, he aprendido a ver la frustración no como un enemigo a evitar, sino como una guía que me ha llevado a profundizar en mi propia capacidad de adaptación y superación.

El querer hablarles de la frustración como una emoción que promueve el cambio, es porque está relacionada con los proyectos que están en mis manos desde hace meses y pronto será de aquel que los desee. En este tiempo atrás he estado escribiendo sobre la dislexia y diseñando mis cuentos de emoción animal de la A a la Z, sobre las emociones. En primer lugar, estos trabajos van a ser autopublicados en Amazon, por lo que no hay una gran editorial detrás de ellos, pero sí las ganas inmensas de llegar a vosotros a través de este medio. En breve saldrá publicado el primer cuento de emoción animal. Será el de la abeja y la ardilla, la alegría, el primero en ver la luz, donde encontramos un pequeño poema sobre estos dos personajes, relacionados con la alegría como emoción.  En relación al escrito sobre dislexia, el libro se llamará “Se llama dislexia” y saldrá a la venta próximamente en Amazon también. Y esta es la razón por la que quería hablarles sobre la frustración como emoción que mueve y promueve el cambio, ya que la dislexia ha sido un motor y a la vez un freno en muchos momentos de mi vida.

Uno de los momentos más significativos en mi relación con la frustración ocurrió durante mis estudios primarios. Para mí, toda la primaria enfrenté cursos particularmente desafiantes que parecía estar fuera de mi alcance. A pesar de mis esfuerzos y dedicación, mis resultados eran insatisfactorios. Al principio, la frustración se manifestaba como una sensación abrumadora de impotencia. Sin embargo, no sería hasta mucho más tarde, en la adolescencia, que empecé a ver estos desafíos como una oportunidad para mejorar mis habilidades de estudio y mi enfoque hacia el aprendizaje. Me volví más creativa en mis métodos de estudio, buscando recursos adicionales y nuevas formas de comprender el material. Este cambio de perspectiva no solo me ayudó a superar mis estudios superiores, sino que también me enseñó el valor de la persistencia y la adaptabilidad.

Todo esto tuvo influencia en el ámbito personal, siendo la frustración una fuente de autoconocimiento y de apertura a una gran sensibilidad. Al enfrentar la frustración de manera constructiva, aprendí a escuchar más atentamente y a expresar mis sentimientos de manera más clara y efectiva. Como resultado, siempre he intentado que mis relaciones sean más profundas y significativas, basadas en una comprensión mutua y en una mayor capacidad para resolver conflictos.

La frustración y su capacidad para impulsar la creatividad, es otro aspecto positivo de esta emoción. Mis experiencias con la dislexia me ha llevado a desarrollar el cuento de la ogra maestra, pero no solo éste cuento, sino otros poemas que poco a poco iré mostrando y espero que vayáis disfrutando, como es el cuento del el oso perezoso (TDAH), el rockceronte (discapacidad auditiva), la dragonceta komodo (discapacidad mental), el pingüino marzo (discapacidad motórica), el topo me topo (discapacidad visual), el caco macaco (alteración del comportamiento), el elefante infante (autismo). Al reflexionar sobre la frustración, me doy cuenta que en los momentos donde me he sentido estancada o bloqueada, ha sido un impulso para explorar nuevas ideas y enfoques. La frustración, en este sentido, ha actuado como un motor que me ha empujado a salir de mi zona de confort y a descubrir nuevas posibilidades. De ahí el libro “Se llama dislexia”, un ensayo intimo sobre la dislexia donde se repasan conceptos técnicos y donde relato mi experiencia personal.

Además, la frustración me ha enseñado el valor de la paciencia y la autocompasión. En nuestra sociedad, donde se valora la gratificación instantánea y el éxito rápido, aprender a manejar la frustración y a ser paciente con uno mismo es una lección única. En ocasiones, la frustración se asoma cuando no veo resultados en mis redes sociales, es muy difícil ser invisible, pero esto me ha enseñado aceptar que los progresos significativos a menudo requieren tiempo y esfuerzo, y que es importante ser amable conmigo misma ya que existen muchos factores que escapan de mi control. Esta aceptación me ha permitido abordar los desafíos con una mente más tranquila y un corazón más abierto, transformando la frustración en una fuerza constructiva en lugar de una barrera.

Personalmente para mí, la frustración, aunque inicialmente puede parecer un obstáculo, ha sido una fuente de crecimiento personal y profesional en mi vida. Debemos aprender a verla como una guía que empuja a reflexionar, a ser creativo y a mejorar continuamente. Esta perspectiva positiva transforma la forma en que nos enfrentamos a los desafíos y fortalece la resiliencia. De esta forma dejamos de temerla y se convierte en una compañera que recuerda la capacidad de adaptación y superación, y que impulsa a vivir una vida más plena y auténtica.

Lola Maestra -Substack Suscríbete

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