¡Hola! ¿llegaste aquí por casualidad o buscando otra cosa? Eso es una serendipia. Espero que te enamores y que nos sigamos encontrando. 

El último día del año siempre trae un aire de cierre, como si el calendario nos obligara a mirar atrás y poner orden. Es un día de reflexión siempre, y este año no ha sido distinto. Pero mientras el reloj se acerca a la medianoche, siento que este año ha sido un año de batallas. Este ha sido un año de lucha. Y no cualquier lucha, sino de esas que te sacuden por dentro, que te hacen cuestionar quién eres y quién quieres ser, lo que me ha llevado a aprender que la valentía no es la ausencia de miedo, sino la decisión de seguir avanzando a pesar de él.

En ese camino, algunas personas se quedaron atrás. No porque yo lo quisiera así, sino porque la vida es así. No todos están destinados a acompañarnos siempre. Pero también aprendí que dejar ir es, a veces, la única manera de seguir creciendo.

Sin embargo, no todas las pérdidas fueron ausencias. Algunas personas permanecieron a mi lado, como anclas en medio de la tormenta. Fueron quienes me recordaron, en los días más oscuros, que incluso cuando me siento sola, nunca estoy verdaderamente sola.

Miro hacia atrás y veo que este año también ha sido de victorias. No todas visibles pero importantes para mí. Gané la fuerza para cerrar capítulos que ya no aportaban nada a mi historia y la certeza de que soy más fuerte de lo que pensaba, incluso cuando dudé de mí misma.

Mientras escribo estas palabras, siento que este año ha sido un campo de batalla, pero no uno en el que todo fue destrucción. También hubo reconstrucción con mis propias manos, y entre las cicatrices y las pérdidas, también florecieron nuevas oportunidades, nuevos comienzos.

Ahora, de pie a la entrada de un año nuevo, siento gratitud. Porque crecí. Porque no estoy sola. Y porque, incluso después de las tormentas, sigo aquí, lista para enfrentar lo que venga.

Este no fue un año perfecto, pero fue mío. Y eso es suficiente.

¡Os deseo un feliz año nuevo lleno de salud y amor!

Si llegaste aquí, quédate y nos hacemos compañía

Lola Maestra